En el 2013, cuando la cantante neozelandeza Lorde irrumpió la escena mundial demostró que no era una artista común. Con su estética y sonido demoró poco en ser un éxito, vendiendo más de un millón de copias con su primer álbum «Pure heroine», en solo 5 meses.
Mientras prepara el lanzamiento de su disco llamado «Melodrama», para mediados de junio, Lorde se sinceró acerca de una rara condición que padece y que, según ella, de alguna manera ha colaborado para tener ese estilo único.
La intérprete de «Royals» contó a NME que convive con una rara condición neurológica llamada sinestesia. Esta enfermedad la padecen 1 de cada 2.000 personas y consiste en que sus sentidos se mezclan, lo que significa que su percepción de la vista, el olfato, el tacto, el gusto y la audición son diferentes a la del ser humano promedio.
En el caso de Lorde, ella tiene sinestesia de sonido a color, lo que le permite ver colores específicos cuando se tocan ciertas notas de música.
«Desde el momento en que empiezo algo, puedo ver la canción terminada, incluso si es lejana y nebulosa», le dijo al New York Times. «Se trata de hacer que la cosa real suene como lo que he estado viendo», dijo.
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Tener sinestesia en realidad puede ser un gran activo para músicos como Lorde, ya que les permite mirar un panorama más amplio. El Dr. Jules Montague, neurologista del Royal Free London NHS Foundation Trust, dijo a NME que los sinestésicos musicales tienen «esta experiencia multimodal, así que cuando eligen los coros y los puentes, están basados en todas esas conexiones que no podemos ver».