Cuando te conviertes en mamá, tu vida cambia de formas que ni siquiera te imaginabas.
Eso es lo que Gylisa Jayne, una joven madre estadounidense de 24 años, quiso demostrar a través de las redes sociales donde publicó un texto titulado «Lo que nadie te cuenta sobre la maternidad».
En el posteo de Facebook esta madre habla de distintas situaciones que ha vivido en su primer año y medio como madre de una niña llamada Lily. Por ejemplo, darse cuenta de que nunca volvería a estar sola. «Nadie me dijo que realmente, honestamente, JAMÁS volvería a estar sola. Esto incluye ir al baño, ducharse y depilarse las piernas», escribió junto a la imagen que retrata ese momento.
Ha sido una montaña rusa de emociones e incluso la joven madre llegó a sentir que no lo estaba haciendo bien y que sólo a ella le pasaban esos malos momentos. Sin embargo, se dio cuenta que no está sola al conversarlo con otras madres y comprender que también tienen las mismas dudas.
Otra de sus reflexiones fue: «Nadie me dijo que todos querrían opinar sobre la forma en que debes criar a tu bebé». Pero además agrega «nadie me dijo que una vez que te acostumbras a no estar sola, los extrañas mucho cuando duermen una siesta porque se ven tan lindos».
Y al final termina con otro análisis: «Lo que sí todos me dijeron, es que estas emociones no duran por siempre. Que a veces vuelven y tú quieres salir corriendo, pero todos dijeron, que las cosas mejoran. Se vuelve más fácil. El tiempo pasará volando. Va a valer la pena. Y no es para siempre».
¿Qué opinas de sus palabras?
Acá puedes revisar parte de la carta traducida al español:
«Las cosas que nadie me contó.
Han habido momentos contados durante mi primer año de maternidad donde me he preguntado «¿por qué nadie me dijo sobre esto?».
Por ejemplo, nadie me dijo que es perfectamente normal el admitir que no ‘amaste’ a tu bebé cuando estaba recién nacido y es lanzado hacia ti. Está bien. Me sentí de la misma forma que cuando vi mi placenta en un bowl: muy interesada en cómo lucía, pero no gracias, realmente no quería abrazarla.
– Nadie me dijo que los puntos en tu vagina pueden doler mucho más que dar a luz a un bebé de 7 libras.
– Nadie me dijo que amamantar DUELE MUCHO. Cualquiera que diga que no sólo está de acuerdo en la mitad.
– Nadie me dijo que TODOS querrían opinar sobre la forma en que debes criar a tu bebé: cómo alimentarlo, cómo vestirlo, cómo llamarlo, etc.
– Nadie me dijo que realmente, honestamente, JAMÁS volvería a estar sola. Esto incluye ir al baño, ducharse y afeitarse las piernas. Especialmente cuando crecen y encuentran tu rasuradora interesante y tú rezas para que no se hagan cicatrices de por vida.
– Nadie me dijo que una vez que te acostumbras a no estar sola, los extrañas mucho cuando duermen una siesta porque se ven tan lindos. Tan lindos… ¿oh Dios, abrieron sus ojos? Escapa. Escapa ahora.
– Nadie me dijo que los efectos colaterales del embarazo duran por años… así que esencialmente estás embarazada por 2 años. Como un elefante. Que es igual de gorda como te sientes en ese momento.
– Nadie me dijo que comer dulces y tomar té es una dieta saludable. Porque no lo es.
– Nadie me dijo que tener un bebé haría que a veces odiara a mi marido. Que a veces realmente preferiría recostarme con el bebé. Que todo sería muy injusto. Pero también, nadie me dijo que verlo jugando/abrazando/cuidando a nuestro bebé haría que sintiera que explotaba de felicidad. Y que después cruzaría mis piernas antes de que él sugiriera tener otro.
Y lo que sí todos me dijeron, es que estas emociones no duran por siempre. Que a veces vuelven y tú quieres salir corriendo, pero todos dijeron, cada uno de ustedes… que las cosas mejoran. Se vuelve más fácil. El tiempo pasará volando. Va a valer la pena.
Y no es para siempre».