Aracelly Brito Muñoz, gestora social de la #LeyDominga, es madre de Maximiliano de 8 años. En 2019 sufrió la pérdida de su segundo hijo, Julián, a las nueve semanas de gestación. Tras duros momentos a nivel familiar, a inicios de 2020 tuvo un nuevo embarazo y con ilusión esperaban a Dominga.
La motivación para crear el proyecto de ley
El embarazo se desarrolló sin complicaciones hasta la semana 36, cuando empezó a sentir que los movimientos de su hija disminuían. Tras una ecografía supieron que Dominga padecía de arteria umbilical única (anomalía del cordón umbilical que tiene mayor incidencia de muerte perinatal). “Con este resultado llamé incansablemente a mi matrona, porque sentía que algo no andaba bien. Era sábado y pedí un sobrecupo para poder adelantar el nacimiento de mi hija. Con nula empatía la matrona me dijo que por una intuición de madre no iba a adelantar un parto y me mandó a hacer reposo y a comer chocolate”, recuerda Aracelly.
Esa noche comenzó a sangrar y acudió a urgencias, momento en que les comunicaron que Dominga ya no tenía latidos. “A raíz de lo vivido empecé a generar una red de mujeres que vivieron lo mismo para crear la #LeyDominga”, explica.
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En esta red se encuentra la periodista Fernanda Hansen, embajadora de la causa, quien sufrió la pérdida de tres embarazos. “Vivimos en una cultura donde hay invisibilidad con el duelo gestacional. El amor no se mide en semanas y sin importar cuánto avanzó el embarazo o cuántas horas o días vivieron nuestros hijos, debe existir una ley que proteja a tantas familias que atraviesan este momento tan duro”, declara.
La iniciativa empezó hace menos de dos meses en redes sociales, tiene cerca de 16 mil seguidores, decenas de testimonios y el apoyo de numerosas figuras públicas.
¿Qué busca la #LeyDominga?
El proyecto #LeyDominga ingresó al Senado para empezar su tramitación. Tiene como objetivo lograr que todas las instituciones de salud, públicas o privadas, deban seguir por ley un protocolo universal frente a un aborto, muerte fetal o neonatal.
Este incluye que los profesionales de la salud entreguen de manera empática a las familias información clara sobre el proceso; se brinde asistencia inmediata y seguimiento multidisciplinario (matrona, psicólogo y psiquiatra); además de acceso a licencias médicas y/o psiquiátricas para los padres, que no sean cuestionadas por entidades como ISAPRES y/o COMPIN.
La #LeyDominga también pretende establecer que toda pérdida de un hijo o hija, independiente de las semanas de gestación u horas de vida, sea reconocida; identificando datos del nonato o neonato como nombre, peso, estatura, sexo y hora de nacimiento.
A esto se agrega que la familia cuente con una instancia propicia para despedirse, incluyendo la facilitación de contacto con sacerdotes, pastores, funerarias o cementerios; así como los respectivos ritos que la familia desee realizar. “Es imprescindible reconocer e impulsar protocolos de buen trato a madres y padres que, por diversas razones, pueden vivir esta indeseable situación y que, con la necesaria empatía, respeto y reconocimiento al momento de duelo, sean consideradas en las prácticas cotidianas en instituciones de salud de todo nuestro país, para así asegurar la contención que tanto se necesita en ese momento de inexplicable dolor”, refuerza Aracelly Brito.