En Chile la educación escolar está regida por notas, éstas van desde el 1 al 7, pero al parecer hay mejores modalidades.
El Senador del PPD Jaime Quintana, presentó un proyecto de ley que busca eliminar las notas de primero a cuarto básico. Y en la jornada de este miércoles, se aprobó en el Senado. Así por lo menos lo afirmó en su cuenta de Twitter.
¡Histórico! Se aprobó en general nuestro proyecto que busca cambiar la escala de notas de 1 a 7 por una evaluación cualitativa y centrada en el aprendizaje, entre primero y cuarto básico. ¡Vamos avanzando hacia una enseñanza moderna, innovadora, y sin agobio para niñas y niños!
— Jaime Quintana (@senadorquintana) March 11, 2020
Por su otra parte, los parlamentarios valoraron la apertura a nuevos métodos de evaluación en el sistema educativo, buscando dejar atrás el agobio escolar y la frustración que provoca la calificación numérica en niños.
Por 27 votos favorables, 9 en contra y 2 abstenciones, la propuesta continuará su trámite particular en la Comisión de Educación y Cultura. Para ello, se estableció un plazo de indicaciones hasta el día lunes 6 de abril.
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Con este proyecto el Presidente del Senado, busca además identificar los distintos ritmos de aprendizajes que tienen lo estudiantes y reforzar distintas áreas que para ellos representan mayor complejidad.
¿Qué dicen los expertos?
Según María Paz Gómez, académica del Centro de Investigación en Educación y Aprendizaje de la Universidad de los Andes, dijo a Educación 2020 que “Si bien las notas son una luz de alerta -para bien o mal-, un profesor preocupado del proceso y de la vida interior de cada niño es sumamente valioso e impactará positivamente en ellos”
Por otro lado, Javier Romo Psicóloga con Magíster Psicología Educacional, nos comentó de forma exclusiva: «El proyecto, de ser aprobado, envía una señal muy importante al sistema chileno, sobrepasando incluso lo relacionado con la educación. En este sentido, es importante derribar el mito que se dejará de evaluar o no se podrá monitorear el progreso de los estudiantes, pues lo que cambia no es el ejercicio de evaluar si no más el objetivo de ésta. El propósito está en enfocar el proceso evaluativo en ¿qué quiero evaluar? ¿por qué quiero evaluarlo? y ¿qué significa aquello que se está evaluando?
Al parecer esta iniciativa tiene varios beneficios, así por lo menos lo recalcó Javiera: «Esto conlleva a que el/la estudiante se beneficie en varias aristas. En lo individual, por ejemplo, no solo disminuye la ansiedad relacionadas con las notas si no que permite que el estudiante se haga partícipe de su propio proceso de aprendizaje. En lo colectivo, permite que se dejen de lado las comparaciones, los rankings, los resultados públicos y se incentive una cultura de cooperación con el entorno».
Con esta medida importará más el conocimiento adquirido por el alumno: «El mensaje está puesto en que evaluar es mucho más que poner una nota, que esta debe tener una función pedagógica, y por tanto se debe instalar en la sociedad una cultura de evaluación no comparativa, inclusiva (que no deje a ningún estudiante fuera) y centrada en el aprendizaje (reconocer dónde estoy y hacia dónde debo ir)» afirmó Javiera.
Indicando además que: «El impacto está en enfocarse en el desarrollo de un individuo integral y generar una conciencia de inteligencia, como la llama Carol Dweck, incremental. Es decir, entender la inteligencia como una habilidad que se puede cultivar y ejercitar, y por lo mismo es incremental y cambiable. En palabras comunes sería cambiar el: ¿qué nota te sacaste? por el ¿qué aprendiste hoy?Qué te parece esa futura medida?».