Todo lo que contenga ojos, generalmente tiende a humanizar, tenga o no capacidad de habla. Los científicos lo relacionan con una inteligencia especial y con el desarrollo de la capacidad social del hombre.
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Otorgarle características humanas a los animales, las plantas e incluso a objetos se le llama antropomorfismo. Para los humanos, los rostros son eje fundamental de empatía y asociación con la especie. Y lejos de ser una conducta infantil, casi todos le hemos hablado a nuestras mascotas.
Existen tres razones por las cuales se tiende a antropomorfizar un objeto determinado
¿Cuáles son?
- La tenencia de rostro
- La necesidad de amistad y empatía
- La incapacidad de explicar comportamientos impredecibles
Al entender estos, es posible entender por qué esta tendencia es esencial para la inteligencia y la supervivencia. Antiguamente la antropomorfización ha sido tratada como infantilidad o estupidez, pero actualmente es un subproducto natural de la tendencia que hace que los seres humanos sean inteligentes en este planeta.
Esta noción se vincula con la necesidad de representación, por ejemplo, cuando se interpreta por qué nuestro perro está enojado, siempre buscamos alguna razón. Esto se relaciona con tener una cognición social activa e inteligente y un cerebro que está programado para ver y percibir mentes.
Entonces, hablarle a nuestra mascota, no solo estimula el vínculo con ellas sino también asegura una mente sana y saludable.