El fenómeno de las compras compulsivas afectan negativamente el estado de ánimo, según indica un informe de Greenpeace presentado en la Cumbre de la Moda en Copenhague.
Si bien algunos se ven más afectados que otros, el factor común entre los compradores compulsivos es un sentimiento de culpa que generalmente aparece el día después de realizar las compras.
Como era de esperar, uno de los grandes factores desencadenantes son las redes sociales que impulsan la manía de las compras, aunque también influyen los embajadores famosos, la presión social de estar a la moda y los descuentos.
El estudio surgió tras una revelación escalofriante del lado oscuro de la moda, que dejó al descubierto que el consumidor actual mantiene las prendas por menos de la mitad del tiempo que lo hacía hace 15 años y que casi un tercio de la ropa producida termina en vertederos dentro del primer año de haber sido fabricada.
De esta forma, Greenpeace decidió analizar si el ciclo de consumo desmesurado en el que estamos actualmente al menos entrega felicidad. Y la respuesta es no.
Tras realizar una exhaustiva investigación, el 65% de los encuestados aseguraron que la emoción de comprar ropa desaparece después de un día o menos. Y, peor aún, un tercio admitió sentirse aún más vacíos después de comprar.
“Nuestra encuesta demuestra que las compras excesivas o compulsivas son seguidas por una resaca emocional, compuesta por un vacío, culpa y vergüenza. La gente comienza a darse cuenta de que están atrapados en un ciclo insatisfactorio de tendencias de moda baratas y desechables, y que su consumo excesivo no conduce a una felicidad duradera. Esto debe servir como una advertencia para las empresas y los anunciantes que promueven el actual modelo de la moda rápida. Estas deben cambiar radicalmente su modelo de negocio cambiando el foco de la producción de volumen hacia la calidad y la durabilidad”, explicó Kirsten Brodde, líder del proyecto en Greenpeace.
Estos son algunos de los hallazgos claves que arrojó la encuesta realizada en China, Hong Kong, Taiwán, Italia y Alemania entre diciembre del 2016 y marzo del 2017.
- Consumo excesivo de ropa: La compra regular de ropa, zapatos, bolsos y accesorios es un hábito generalizado en todos los países y regiones encuestadas. La mayoría de las personas admiten poseer más ropa de la que necesitan, incluso, reconociendo tener ropa que nunca han usado.
- Comprar por razones sociales y emocionales: Actualmente la gente no está comprando por necesidad, sino por razones sociales y emocionales, como aliviar el estrés, aumentar la autoconfianza, ganar estatus, sentir emoción al comprar o por pasar el tiempo.
- Comportamiento de compra excesivo y compulsivo: Un porcentaje significativo de las personas califican como “compradores excesivos” exhibiendo rasgos conductuales de compulsividad a la hora de comprar. Por ende, gastan más dinero que lo que deberían en ropa, se sienten vacíos cuando no compran y realizan compras en línea incluso durante clases u horas de trabajo.
- La satisfacción de comprar es de corta duración: Alrededor de dos tercios de los compradores quedan satisfechos o emocionados después de comprar, pero la mayoría reconoce que el sentimiento desaparece después de un día o menos. Además, un tercio asegura sentirse aún más vacíos una vez que la emoción de las compras desaparece.