La extinción de animales ha sido una de las consecuencias más lamentables del cambio climático. Varias especies ya se encuentran en peligro o amenaza y depende de nosotros su existencia en el planeta.
Ahora, en el último debate de la Sociedad Geográfica Real de Londres, el Instituto Watch acaba de declarar a las abejas como la especie más valiosa del mundo.
La producción de las abejas es de gran consumo humano y el valor que se les da es inmenso, pero no mucha gente lo sabe y ese valor no es el mismo que ellas obtienen. Es que lo más importante que hacen no es producir miel, sino contribuir de forma inigualable a la reproducción de todas las plantas del planeta.. Es de la función que ellas ejercen sobre la cadena natural de la flora, la polinización, de la que depende en gran parte la vida en el planeta.
«La abeja juega un papel importante en la biodiversidad, sólo la agricultura mundial depende en un 70% de ellas. 70 de cada 100 productos que consumimos dependen de la intervención de las abejas. Sin la polinización, las plantas no podrían reproducirse y de esta manera llegaría la extinción de especies de la fauna terrestre. Según una cita atribuida a Albert Einstein, «Si las abejas desaparecen, a los humanos les quedarían 4 años de vida», declararon.
La razón por la que las abejas recibieron este título contrasta con su preocupante y rápida desaparición en todo el planeta, algo que los científicos no pueden explicar ¿Por qué razón están desapareciendo?
Una de las teorías al respecto es la de la telefonía móvil. Según el Instituto Federal de Tecnología de Suiza, las ondas emitidas durante una corta conversación son capaces de desorientarlas hasta llevarlas a la muerte.
Mediante estudios se comprobó que la comunicación celular provoca que las abejas produzcan un ruido diez veces mayor al habitual. Este es el comportamiento que ellas presentan cuando avisan a las otras abejas sobre el abandono de la colmena.
Sin embargo, otra de las teorías es la del uso masivo de pesticidas en cultivos, que se adhiere a los insectos al chupar el néctar de las flores. Luego, al llevar las sustancias a la colmena, quedan encerrados en productos tales como la cera, propóleos y miel, envenenando al panal completo, incluyendo a la abeja reina, sin la cual el panal se extingue.
La renuncia por parte de la gente hacia los teléfonos móviles y las antenas de telecomunicaciones es casi imposible hoy en día incluso a nivel doméstico, los científicos encuentran muy difícil plantear una solución a la problemática.
Según Greenpeace, la extinción de las abejas es una de las preocupaciones más grandes de los ambientalistas y lo viene siendo desde hace mucho tiempo, y una solución rápida para este problema es necesario lo más pronto posible, ya que como comentó el doctor David Susuki: «Un mundo sin abejas sería un mundo sin gente».