Una de las canciones icono de Katy Perry es «I kissed a girl» (Besé a una chica). Esto hace pensar que la intérprete siempre se sintió cómoda con sus ideas y pensamientos, pero no siempre fue así y lo reveló en su entrevista con «Vogue».
En la edición de mayo de la revista de moda, la cantante reveló detalles de lo que fue su vida de adolescente y la represión que vivió. Uno de los ejemplos más claros que dio es cuando sus padres, pastores evangélicos, le tenían prohibido interactuar con homosexuales.
«Cuando estaba creciendo, la homosexualidad era sinónimo de la palabra abominación e infierno. Un lugar donde la piel se te quemaba. No, de ninguna manera (quería estar ahí). Yo quería las perlas. Cómo podía lidiar con eso una chica cantante criada en grupos de jóvenes que apoyaban la conversión. Lo único que sabía era que curiosa y que la sexualidad no era blanco o negro como este vestido», confiesa.
«La misoginia y el sexismo estuvieron presentes en mi niñez: Tenía un problema con los hombres controladores y con no ser vista igual a ellos», agregó la cantante estadounidense.
En la entrevista además entregó detalles sobre su incursión en el mundo de la música y cómo este le abrió los ojos y se volvió a sentir cómoda con sus propios sentimientos.
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«Encontré mi vocación, la cual me permitió conocer gente fuera de mi burbuja. Esas personas no eran nada de lo que me habían enseñado que debía temer. Ellas eran las personas más libres, fuertes, amables e inclusivas que haya conocido. Uno no escoge a su familia, pero sí su tribu. Estoy aquí como prueba viviente de que no importa de dónde vengas o hacia donde vayas, el gran cambio, la gran evolución, puede ocurrir si abrimos nuestras mentes y nuestros corazones» finalizó.