Fue elegida hace poco por votación popular como la abanderada de nuestro país para los próximos juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero no es por eso que hoy hace noticia.
En una entrevista con la revista «El Sábado» la atleta confesó cómo fue abusaba en reiteradas ocasiones por su padrastro, recibiendo además maltratos reiterados.
A raíz de esto ella interpuso una denuncia a la PDI en contra de Ricardo Olivera, su padrastro quien además es pastor evangélico.
«A mi hermano lo tomaba del cuello, lo lavaba con agua fría. A mí me tocaba lo otro», fue una de las confesiones que hizo en la publicación.
Estos abusos habrían comenzado cuando ella tenía tan solo 5 años, y habló acerca de como ni siquiera podía hacerle frente: «apenas tenía la oportunidad, era llegar y llevar para él. Mientras yo no me podía defender, él hacía lo que quería conmigo».