Está claro que no es una iglesia cualquiera, las celebraciones religiosas se cambiaron por patinetas ¡Tranquilos no estamos locas! En Llanera, Asturias, se encuentra este templo cuyo origen se remonta a 1912, estuvo abandonado durante décadas, hasta que un grupo llamado Church Brigade lo rescató para un destino impensable, el skateboarding.
La «Iglesa Skate» es además en un templo del arte y del skate, rodeados de formas geométricas, color y vida, realizadas por un artista llamado Okuda San Miguel.
Sin apoyo institucional de ningún tipo, esta original idea de remodelación, fue poco a poco dando forma concreta a su propio sueño: desde campeonatos de skate a conciertos, todo era necesario para juntar el dinero. Finalmente los fanáticos del skateboarding dieron identidad a este lugar y lo convirtieron en un templo dedicado a albergar su pasión por el skate y fomentar la cultura joven en un espacio hasta entonces impensable: una iglesia.