Son miles de inmigrantes que han llegado a Chile durante los últimos años, buscando las oportunidades que en sus países de origen no han podido encontrar.
Muchos de ellos han tenido que dejar a sus familias y una vida que creían resuelta, para empezar de cero en trabajos que nunca imaginaron realizar. Muchos de ellos son profesionales que al no poder validar sus títulos universitarios, han tenido que buscar otros tipos de trabajos.
Es el caso de Fabriham Solorzano, un venezolano de 21 años que se tituló de tecnólogo médico en la Universidad Arturo Michelena. Sin embargo, al no poder validar su profesión, hoy trabaja en una bomba de bencina en la comuna de Las Condes.
«Tengo en mi cabeza las imágenes de los adultos preocupados, por ejemplo, por los alimentos. Mucha gente aclamaba a Chávez y no te creas, mi familia trabajó en su gobierno hasta que llegó Nicolás Maduro», dice en entrevista con The Clinic.
Pero además de tener un título universitario, Solorzano ganó el Miss Mundo Gay 2017 bajo su alter ego Gabriela Luján.
«Ella nació hace dos años cuando un buen día decidí presentarme al Miss Gay Carabobo, para luego competir en el concurso nacional y después en el mundial. No lo logré esa primera vez pero sí a la segunda. Sí, soy Miss Gay World y vengo de Venezuela, el país de las mujeres lindas que siempre ganan las coronas mundiales de belleza», dice.
Como muchos migrantes, Solorzano llegó casi con lo puesto y debió trabajar en lo que había. Reconoce que el primer día fue un desastre, aunque aclara que en su destino era venir a Chile.
«Terminé en un autolavado en San Bernardo y fue más el gasto que hice en trasladarme que lo que gané. Al otro día me fui hacia Tobalaba y encontré trabajo como bombero en una gasolinera», señala.
Reconoce que los primeros meses fueron bien duros, ya que debió adaptarse a algo totalmente ajeno a lo que estaba acostumbrado en su país.
«Imagínate, a trabajar con bencina y a cambiar aceite, cosas que nunca había hecho, pero que hago porque me vine con la mentalidad de hacer lo que hubiera que hacer. Y acá estoy, feliz y agradecido», indica.
Ahora pronto vendrá a visitarlo su madre y su tía, que le traerán su título de tecnólogo médico. «Eso me pone feliz porque podré empezar la revalidación y empezar a ejercer mi profesión».
Agrega que su alter ego Gabriela le ocupa gran parte de su tiempo. «Hoy soy Fabriham de día, un bombero migrante, y de noche Gabriela, la reina del mundo que siempre quise ser», finaliza.