Este miércoles se emitió el programa «De tú a tú», con Emeterio Ureta como invitado. Allí el «Marqués» repasó varios momentos de su vida. En el estelar de Canal 13, conducido por Martín Cárcamo, el empresario, habló sobre su familia, su matrimonio y la temprana pérdida de su esposa. La hija de Emeterio, Isidora Ureta, también estuvo presente en la conversación.
El empresario conoció a Paulina, su mujer, en la playa y reconoció que en el momento en que la vió, sintió amor a primera vista. Le pidió pololeo y tras 3 años, se casaron repentinamente. La ceremonia fue muy íntima, Emeterio Ureta solo invitó a su asesora del hogar, mientras que su prometida, a algunas amigas.
Ese mismo día del matrimonio, la pareja decidió vivir en el mismo lugar y nunca más se separaron. Ambos tuvieron dos hijos, Isidora, la reconocida periodista de viajes y Emeterio, quien está alejado de la televisión.
La triste muerte de la señora de Emeterio Ureta
Emeterio Ureta contó que en medio de un coqueteo, él se fijó que ella tenía una protuberancia extraña en una de sus mamas y le dijo: «mi amor, tienes un porotito«. En ese momento, Paulina, no le tomó importancia, sin embargo, unos días después, la mujer llegó llorando al lugar de trabajo de Ureta y le contó: «Mi amor, tengo cáncer«.
El empresario cuenta que en ese momento se le cayó el mundo y que pensó que por qué esto no lo afectaba a él y no a ella. Inmediatamente, comenzaron con el costoso tratamiento. «Cada quimio eran 600 mil pesos semanales, que no la cubría la isapre, bueno todo un lío que te puedo contar pero espantoso, porque el cáncer es un negocio asqueroso en las clínicas«, contó Emeterio.
Lamentablemente, luego de 3 terribles años, Paulina falleció un 19 de mayo. En el momento, Emeterio Ureta tuvo que explicarles a sus dos pequeños hijos que su mamá se había ido, sin embargo, ellos no entendieron mucho y le pidieron que volviera. Inmediatamente, después del funeral, Emeterio quiso que los niños se despejaran y se arrancaron a Reñaca.
Acá puedes ver el capítulo completo con las confesiones del «Marqués del Arrayán»: