A pesar de que los perros han sido definidos por décadas como ‘el mejor amigo del hombre’ por su actitud hacia los seres humanos, no se puede decir lo mismo de la otra parte.
Un ejemplo de ello fue el cobarde ataque que sufrió Braveheart, un perrito de Sonora, en México. Él fue atacado por un grupo de hombres, quienes le amarraron fuegos artificiales a su hocico.
Cuando estos explotaron, el perrito perdió su mandíbula, que fue pulverizada por la explosión.
Este horrible caso de maltrato animal se hizo viral y llegó hasta oídos de la fundación «The Saving Huey Foundation», en California, Estados Unidos. La organización decidió adoptar al animalito para poder cuidarlo en su delicado estado de salud.
Pero su recuperación no fue fácil, ya que antes de ella tuvo que esperar meses en México a que lo trasladaran, debido a las complicaciones en su salud. De hecho, hasta pensaron en sacrificarlo, porque no creían que iba a sobrevivir a un viaje de 11 horas hacia Estados Unidos.
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Como nada es imposible, tras 4 cirugías de reconstrucción de su hocico y mandíbula, Braveheart logró volver a ladrar y ahora está recuperándose en la fundación estadounidense. Ahora, al perrito todavía le falta una operación más y recién ahí podrá ser adoptado por alguien que se comprometa en su cuidado.