Un reciente estudio de un grupo de investigadores de la Universidad de Pittsburgh, señala que la «disciplina verbal dura» en los niños, o sea los gritarles, no ayuda y en realidad tiene efectos dañinos similares a la disciplina física.
¿Qué dicen los expertos sobre los gritos?
De acuerdo a la investigación, gritar simplemente reforzó el mal comportamiento en los niños y el aumento de la depresión. Incluso los hogares amorosos no evitaron los efectos dañinos de elevar la voz ocasionalmente,
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Según la Dra. Laura Markham, autora de “Padres pacíficos, niños felices: cómo dejar de gritar y comenzar a conectar” y fundadora de Aha Parenting, dice que al gritarle a tus hijos, estás cambiando su cerebro y básicamente en lugar de aprender a calmarse, aprenden a atacar.
Aunque hay momentos en los que si se necesita gritar, según Markham. Si los niños se causan daño o se encuentran en una situación peligrosa, lo normal sería gritar; pero para disminuir incluso esos gritos, la clave es calmarlos de inmediato y explicarles por qué deberían ceder.