Como varios en pandemia, Kathy Salosny tuvo que cerrar su restaurante, «Casa Tunquén», ubicado en el litoral central. Pasaron ocho meses sin abrirlo y tuvo que vivir de su seguro de cesantía.
Pero ahora se abren los cielos para la comunicadora, ya que el pasado fin de semana logró reabrir su loca. Que fue inaugurado a principios de este 2020.
«Estábamos con mucha emoción, porque fueron ocho meses bien dolorosos y complejos. Nos iba súper bien, pero debimos parar y fue duro tener que quedarnos con un grupo reducido de personas», dijo en conversación con LUN.
Igualmente, hay novedades en el espacio. «Ampliamos la terraza y nos favoreció. Tenemos quincho, un horno de barro, fogones, una zona animal friendly y un salón. Contratamos más gente. Quedamos con capacidad para atender a poco más de 80 personas. El lugar se llenó», expresó Kathy.
La comunicadora se encarga de las comunicaciones y de ser buena anfitriona. «Me gusta atender las mesas y sentarme a conversar con la gente. Y a la gente le gusta eso, el trato personalizado», agregó.
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La salud de su madre y nuevos proyectos
Por otro lado, Kathy vivió complejos momentos, también por el deterioro de la salude de su madre.
«Le brotó una fibromialgia del terror. Estuvo tres meses muy mal, justo en el peak de la pandemia. Yo desde Santiago trataba de coordinar todo. Hasta que di con un geriatra en Valparaíso que le recetó los medicamentos precisos», contó, agregando que recién la vio ahora en octubre.
Sobre su impresión de ella, señaló: «La encontré más viejita, aunque está bien, lúcida e híper activa».
Igualmente, Kathy se encuentra enfocada en un nuevo proyecto. «Comencé a grabar un nuevo proyecto poderoso relacionado con TV y redes sociales», concluyó.
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