De un niño prodigio que cantaba en las escaleras de su ciudad natal, a una súper estrella a sus 16 años. El ascenso de Justin Bieber fue rápido, sobre todo por la gran legión de fans que logró conquistar, pero el descenso, aún más duro.
En su entrevista con GQ Magazine, Justin reflexionó sobre el grave problemas de drogas que mantuvo en su adolescencia, y su mala actitud que causó muchos problemas. «La gente herida hace daño a la gente, ¿sabes?».
Aún así, y a pesar de todos los desafíos que enfrentó a su corta edad, hoy con 27 años y casado con Hayley Baldwin, Justin Bieber asegura sentirse en sus mejores días, viviendo rodeado de amor y tranquilidad.
«No quiero dejar que la vergüenza de mi pasado dicte lo que puedo hacer ahora por la gente. Mucha gente deja que su pasado les pese y nunca hacen lo que quieren porque piensan que no son lo suficientemente buenos. Pero yo solo digo: ‘Hice un montón de estupideces. Está bien. Todavía estoy disponible. Todavía estoy disponible para ayudar».
Justin Bieber y las drogas: Una relación complicada
A pesar de todo el éxito y la fama que lo rodeaba, Justin sentía que le faltaba algo. «Te despiertas un día, y estás infeliz. Tienes todo este éxito del mundo, pero estás como: Bueno, ¿de qué vale esto si todavía me siento vacío por dentro?».
Hoy asegura que si la cuarentena hubiese sucedido hace cinco años atrás, estaría encerrado con personas, rodeado de drogas y en un lugar muy oscuro.
Y es que Justin Bieber es claro en describir aquella etapa. Vivía en Los Ángeles, era joven y tenía mucho dinero, lo que lo llevó a vivir de excesos. Revela que sus guardias entraban a mitad de la noche a su habitación, para chequear su pulso y comprobar que el cantante seguía vivo.
«Fue como si hubiera tenido todo este éxito y todavía era como: todavía estoy triste y todavía tengo dolor. Y todavía tengo estos problemas sin resolver. Y pensé que todo el éxito iba a hacer que todo saliera bien. Entonces, para mí, las drogas eran un agente adormecedor que debía seguir pasando».
Una carrera perdida
El artista asegura que cuando muchas personas tienen diferentes opiniones en la industria, es muy fácil perder la esencia, el objetivo de lo que realmente quieres hacer. Sobre todo cuando algunos utilizan las inseguridades para su beneficio.
«Y entonces, cuando eso sucede, obviamente eso te enoja. Y luego eres esa persona joven enojada que tuvo estos grandes sueños, y luego el mundo simplemente te jode y te convierte en esa persona que no quieres ser».
Uno de sus mejores amigos, Ryan Good, aseguró que el cantante «estaba decepcionado de sí mismo», razón que lo llevó a adormecer estas emociones.
«Pienso cada vez más cuando eres un niño y aún no tienes una identidad, y estás tratando de descubrir quién eres y que todos digan lo bueno que eres, lo increíble que eres. Empiezas a creer esas cosas. Y el ego se instala. Y ahí es donde entran las inseguridades. Y luego comienzas a tratar a las personas de cierta manera y a sentirse superior y por encima de las personas. Y luego está todo este cambio dinámico. Me acabo de despertar un día y estoy como, ¿Quién soy? No lo sabía. Y eso me asustó», reveló el cantante.
Un proceso de reencuentro
Cansado de vivir en su propia jaula, y con miedo de alejar a sus amigos y familiares, Justin Bieber decidió comenzar un proceso de autodescubrimiento para solucionar sus problemas.
Lo primero era dejar de automedicarse, y navegar por los diferentes terrenos emocionales mientras luchaba con dos enfermedades: Lyme y mononucleosis.
Hoy se siente más feliz y completo. Si bien su primer año de matrimonio con Hayley Bieber no fue sencillo, siente que ha logrado construir una familia que nunca tuve. «Antes, no tenía eso que esperar en mi vida. Mi vida hogareña era inestable. Como, mi vida hogareña no existía. No tenía pareja. No tenía a nadie a quien amar. No tenía a nadie en quien verterme. Pero ahora tengo eso», concluye el cantante.