Tras quejas que los vecinos presentaron a la Corte de Apelaciones de Santiago bajo un recurso de protección contra el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), la justicia ordenó al recinto moderar el ruido de sus actividades.
Este recurso asegura que la permanente bulla que se escucha vulnera sus derechos constitucionales y los de sus hijos a vivir en un ambiente libre de contaminación acústica. Esto, porque música, bailes, batucadas y otras actividades se toman las terrazas del GAM, sobretodo los fines de semana.
Así, la justicia ordenó a la Municipalidad de Santiago debe fiscalizar los ruidos molestos que generan las actividades en los sectores aledaños al edificio.
«Tratándose de un Centro Cultural que permite que se realicen actividades en su parte externa y, especialmente, en las plazas, funcionando todos los días del año y en extensos horarios, el ente a cargo de las fiscalizaciones debió precisamente fiscalizar que tales actividades no perturben la tranquilidad y reposo de los vecinos», señala el fallo.