En el último capítulo de «La divina comida», Javiera Díaz de Valdés destacó por su calidez y amabilidad durante la visita de sus comensales: el bailarín Bruno Zaretti, el animador Leo Caprile y la bailarina Vivi Rodrigues.
Los invitados fueron a su casa para disfrutar una rica sopa de betarraga, filete al horno y un postre de uvas salteadas. En medio de la comida, Javiera comenzó a explicar qué es lo que más le gusta hacer: «Me conmueven especialmente los niños. Cuando los niños se enferman, cuando no tienen herramientas para seguir educándose en el colegio (…) Les voy a mostrar una campaña que hice que fue especial para mi».
En ese momento les mostró un video donde ella lee un trágico testimonio, detallado a continuación:
«La mayoría de la gente se alegra cuando llega el viernes. Yo no. Todos los viernes sin falta mis perros empezaban a ladrar como a las tres de la mañana. Esa era mi señal. Yo saltaba de la cama y me escondía abajo. ‘¡Dónde estai mierda!’, entraba gritando mi papá, todo curao. ‘¡Tengo hambre, por la chucha!’, decía. Y mi mamá se levantaba a servirle. Ahí yo escuchaba que se quebraban platos y mi mamá se quejaba. ‘Trabajo toda la semana, así es que me serví comida cuando yo quiera. ¡Escuchaste!’, le gritaba todos los viernes. Y yo esperaba callada, hasta que se acabara el ruido, los charchazos, hasta que terminara la noche. Los sábados mi mamá no me miraba. Yo pensaba que era para esconder los moretones. Hasta que me di cuenta que me odiaba a mi también, por no defenderla o hacer algo. Hasta un viernes como todos los demás, y mi papá entró gritando y pegando portazos. ‘¡Quiero comer! Baja a servir’. Pero ese día mi mami no respondió. Esa fue la última vez que la gritoneó y la última vez que vi a mi vieja. Nos dejó a los dos por miedo, por cobardía o por supervivencia. Tampoco le tengo mala por eso. Menos ahora, que todos los viernes tengo que servirle comida a mi papá cuando llega curao y me llevo los charchazos que eran de ella».
Ante la reacción de los presentes, Javiera Díaz de Valdés explicó que su labor en la campaña de World Vision es «aprovechar, en el fondo, este como ‘poder’ que tienes, que es el ‘poder’ de llegar a mucha gente o ser un influenciador».
Esta organización trabaja hace más de 30 años en Chile para entregar oportunidades a familias de escasos recursos y se enfoca principalmente a proteger a los niños para prevenir abusos que atenten los derechos del niño o niña.
Puedes revisar el video con el testimonio que leyó Javiera acá: