Una de las escenas más típicas de viernes y sábado es la del grupo de amigas y amigos compartiendo algo para beber y comer, acompañando una grata conversación y el merecido relajo luego de una semana de trabajo. Hasta ahí todo perfecto. Pero, ¿qué pasaría si para ese momento, y muchos otros, nos quedáramos sin papas fritas?
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Esa es la situación que se está viviendo actualmente en Japón. Según informó agencia EFE, es cuestión de suerte poder encontrar un paquete de papas fritas en el supermercado y comprarlas se ha convertido prácticamente en un lujo, debido a que los precios han aumentado hasta 15 veces.
Las razones de la escasez de papas fritas
La escasa cosecha de papas en el norte de Japón, país afectado por tifones en 2016, asoma como una de las principales razones. Esa crisis se agudizó cuando la principal productora de snacks del país anunció la suspensión de la producción de 15 variedades de papas fritas.
Otra de las razones, es el reparo de los agricultores japoneses en cultivar el tubérculo específico con que se elaboran las papas fritas y que es distinto a la papa tradicional. Esto se suma al proteccionismo del mercado japonés, que dificultan la importación de estos vegetales, ya que, según el gobierno japonés, la suciedad de las papas frescas extranjeras podría introducir plagas y contaminar los productos nacionales.