El ex chico Yingo, Iván Cabrera, estuvo invitado al programa de Instagram de Diana Bolocco y Martín Cárcamo, donde sorprendió a los animadores con una hazaña que hizo hace unos días. Esto para salvar a su vecina de 90 años de edad.
El ‘potro’ partió diciendo que antes no lo quería decir, para no ‘vanagloriarse’, pero luego pensó que debía sentirse afortunado de poder haber ayudado.
Según su relato, esto ocurrió luego de que llegara a su casa tras ir de comprar al supermercado. Mientras ordenaba las cosas, se había sacado su polera y justo golpearon a su puerta.
«Yo lo encontré extraño, porque acá obviamente hay citófono, si llega alguien te avisan… Abro la puerta y era mi vecina que tiene 70 y algo años, y vive con su mamá, que tiene 90 y algo. Son personas que conozco hace mucho tiempo. Entonces me dice ‘¡vecino, vecino! Mi mamá se está ahogando. ¡Se me muere!«, relató.
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La hazaña de Iván Cabrera
Después de estos, Iván salió corriendo a socorrer a su vecina. «Ella había comido una empanada. Como padece de Alzheimer, entonces el hecho de ingerir también se les olvida el proceso de la comida. Entonces se quedó en la vía respiratoria. (Ella estaba) Roja, los labios morados, no estaba saturando oxígeno», explicó.
El potro confesó que nunca había vivo algo así. «Yo nunca en mi vida había hecho primeros auxilios, nunca, a lo más lo había visto. O en la clínica cuando te enseñan cuando tú vas a ser papá el mecanismo. Pero yo me puse pálido, que es difícil jajaja«, contó.
Sobre el momento contó: «La tomo, la paro. Solamente reaccionaba, no pensaba. La tomo, la pongo en posición, y empiezo a hacer este movimiento (maniobra de Heimlich) para que ella lanzara esto que tenía obstruido. Yo te juro que lo único que pensaba era que no se me podía morir en los brazos».
Mientras él estaba auxiliando a su vecina, la trabajadora que estaba en el departamento llamó la ambulancia. Entre ello, el objeto que tenía atascado la mujer salió expulsado.
Ahí recién tomó en cuenta lo que sucedía. «Te juro que me volvió el alma al cuerpo, las piernas recién se me desvanecieron y tomé conciencia de lo que estaba pasando», contó Iván, quien recuerda que comenzó a darle palmaditas en la espalda como a los bebés.
«Después se me puso un nudo en la garganta de emocionarme, de pensar que le había salvado la vida a alguien. Imagínate, yo me considero una persona común y corriente, que creo mucho en Dios, en el universo y todo (…) Cuando llega la ambulancia con la doctora, y la doctora va y me dice ‘si tú no hubieses estado, la abuelita se hubiese muerto'», concluyó.