Inglaterra se convirtió en el primer país del mundo en estrenar un supermercado que permite a sus clientes pagar la compra a través de la tecnología de la huella digital.
El nuevo invento, denominado Fingopay, funciona a través de un sistema de infrarrojos que escanea las venas de los dedos y vincula el mapa biométrico a las cuentas bancarias de cada cliente.
Los datos bancarios se guardan en el proveedor de pagos Worldpay, de la misma manera que se pueden almacenar cuando se compran productos por Internet.
De esta manera, se simplifica el sistema de pago, pues los compradores podrán ir al supermercado sin efectivo o sin tarjetas de crédito y podrán pagar simplemente utilizando sus dedos.
Sthaler, la empresa que está detrás de este invento, con sede en Londres, informó a los medios de comunicación que ya está trabajando en otros supermercados ingleses para adaptar esta tecnología.