El clavadista colombiano Orlando Duque, quiso hacer un clavado en un inhóspito lugar, frío y extremo.
Todo comenzó el 5 de enero de 2018. Ese día partió de su casa en Cali para emprender una de las aventuras más peligrosas y difíciles en sus más de 25 años de carrera deportiva: saltar desde un gigantesco témpano de hielo en la Antártida y mostrarle al mundo cómo los humanos exterminan este continente que es esencial para la conservación de la vida en la Tierra.
Fueron más de 10 mil kilómetros de recorrido por aire, mar y tierra, partiendo en avión desde Colombia hasta Chile, para luego abordar un buque en Punta Arenas.
Desde ahí viajó durante cuatro días, fueron más de 10 kilómetros de recorrido por aire, mar y tierra, para llegar al lugar indicado, para saltar 20 metros.
«El paisaje era increíble. Majestuoso. En ese recorrido se veían montañas de hielo. Por ejemplo, lo que uno ve en las ciudades como un edificio, allá son bloques de hielo gigantescos», destaca Orlando, quien además vio pingüinos y ballenas.
Eran días largos, ya que en esta época el año la luz del sol alumbra como una bombilla durante 23 de las 24 horas del día.
«Por momentos cuando estaba en el interior del buque, escuchaba crujir los glaciares mientras se desprendían grandes bloques de hielo o icebergs, similares a los que yo buscaba para saltar», cuenta. Hasta que por fin a la distancia se logró divisar una gran masa de hielo flotante, la cual tenía las características adecuadas, para que el 13 veces campeón mundial de clavados de gran altura saltara hacia las heladas aguas de la Antártida. En total logró hacer tres saltos.
Su mensaje
«La Antártida es mucho más de lo que uno ve en imágenes. Tenemos que cuidar que todo lo que hay allá continúe intacto y de esa manera nosotros podamos seguir viviendo tranquilos acá».
En los polos está represada el 75 % del agua del planeta, en su mayoría en estado sólido, he ahí la importancia de cuidar estas zonas de la Tierra. «La gente tiene que tomar más conciencia. Hay que reducir el consumo de petróleo y del plástico, hay que consumir menos de lo que se necesita para conservar lugares como la Antártida», afirmó.