Durante la época de la adolescencia, el cuerpo de los hombres secretan aceite o sebo para mantener la piel humectada. Sin embargo, la llegada de la adultez provoca sequedad en la piel, por lo que se vuelve necesario el uso de vitamina C.
Manuel Ahumada, doctor en Química de la Universidad de Harvard, explica que, con el tiempo, el cuerpo se vuelve incapaz de neutralizar las moléculas de radicales libres que él mismo produce.
«Somos incapaces de neutralizar estás moléculas que dañan y destruyen las células de la piel en su intento por estabilizarse (oxidación). La vitamina C combate esos radicales libres, evita la destrucción de las células y ayuda a que se regeneren».
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Pero no solo eso. El dermatólogo Andrés Figueroa, explicó a Las Últimas Noticias, que las propiedades de la vitamina C también se pueden utilizar para «exfoliación, quitar manchas e hidratar».
En tanto, la también dermatóloga, Daniela Saavedra, explicó al diario que la vitamina C puede aplicarse en gotas una vez al día, a través de productos especialmente creados en este formato.
“Estos productos vienen en formato acuoso y se aplican con gotario. Lo mejor es usar cuatro gotas: Una en la frente, otra en el mentón, y una gota en cada mejilla. Lentamente se debe aplicar en toda la cara y esperar que se absorba. También se puede usar una gota extra para el cuello”, aseveró Saavedra.
Lo importante, según explica la especialista, es que la aplicación de estas gotitas debe ser parte de la rutina diaria. Lo primero es limpiarse la cara con agua micelar, para sacar todas las partículas se suciedad que tenga el rostro, y luego se debe usar la vitamina C.
También se recomienda el uso de un filtro solar con ácido hialurónico para retener el agua en el rostro y cuidarse de los rayos UV. El filtro, debe usarse al menos 3 veces al día.