La creencia popular dice que tatuarse el nombre o el rostro de su pareja no es un muy buen presagio para el futuro de la relación. Y si lo pensamos fríamente, la verdad es que no es una muy buena idea porque aunque queramos, nada nos garantiza que estaremos para siempre con la persona amada.
Esto le pasó a un hombre de California que se tatuó el retrato de su mujer en el brazo, pero ella le pidió el divorcio. Según detalló el «Daily Mail», el chiquillo usó el ingenio para deshacer esta imagen de su piel.
Para esto, transformó el rostro de su ex mujer en un demonio, con cuernos, dientes afilados, nariz aguileña y ojos diabólicos. La imagen de la venganza se ha viralizado y ya llega casi 5 millones de visitas en Imgur.