Bill, un hombre de 71 años, residente en Aberdeen Escocia había olvidado por completo su boda, pero eso no impidió su deseo de revivir uno de sus días más felices.
Antes Bill conociera a su esposa Anne Duncan, ambos tuvieron su propia familia e hijos.
Sin embargo, cuando de casualidad, se cruzaron en 2001, todo cambió. Se habían convertido el uno para el otro, forjando una relación de pareja que en 2007 los llevaría al altar.
Con un ceremonia pequeña, pero emotiva, Bill y Anne se casaron en el jardín de su propia casa.
Sin embargo, la felicidad no duraría para siempre, ya que tan solo 3 años más tarde, Bill sería diagnosticado de demencia senil y cada vez iría perdiendo más su memoria.
Desde aquel momento, no había tiempo más que para tratamientos y conversaciones con diferentes médicos.
Se enamoró de ella por segunda vez
Los años pasaban y los recuerdos de Bill, se iban esfumando, poco a poco, pero había algo muy especial seguía quedando intacto.
El amor por su mujer, Anne. Es que, si bien su demencia le había hecho olvidar el día de su matrimonio, cada día se enamoraba más de su esposa.
Ella lo acompañaba a todas partes e iba a continuar con él pasara lo que pasara. Así fue que, un día como cualquier otro, Bill sorprendió a Anne con una propuesta impensada.
El hombre de 71 años, quería casarse con ella nuevamente, aunque para él, era la primera vez.
“Él quedó muy conmovido por una reciente boda a la que fuimos. Pensaba que yo era su nueva novia y decía que quería estar conmigo para siempre, entonces, me propuso casarnos. Mostraba tanta insistencia, que, por supuesto, lo acepté”, contó la mujer al periódico británico, The Sunday Times.
La ceremonia volvió a realizarse como aquel primer día en el jardín de su casa de Aberdeen.
Ella visitó un vestido blanco y Bill una camisa floreada, y todos los presentes se emocionaron al ver la sonrisa que Bill llevó en su rostro, en todo momento.
“Es emocionante saber que a pesar de tantos años luchando con la demencia, todavía me quiere. Me encanta saber que seguirá llenando de felicidad también mi vida”, concluyó Anne.