Hay algunos niños que se niegan a comer carne, principalmente porque no les agrada su textura y porque les resulta más difícil de masticar.
En estos casos es importante buscar novedosas formas de dársela, ya que las carnes contienen nutrientes muy importantes, como proteínas, hierro, zinc y vitaminas del complejo B. Una buena idea es escoger siempre cortes magros y servirlos en preparaciones que sean atractivas para los niños, como albóndigas y hamburguesas.