Ser padres es todo un desafío, más aún cuando existe más de un hijo y comienzan a aparecer las personalidades de cada hermano. ¿Recuerdas la convivencia familiar? ¿Eres el hijo mayor, menor o del medio?
Los expertos revelaron que el lugar que ocupas en el núcleo familiar influye en la forma de ser que tendrás en el futuro. No es lo mismo ser el primogénito o el más pequeño. Mientras el mayor tuvo padres más jóvenes y tal vez con más energía, para los menores es lo opuesto.
Revisamos cuáles son los rasgos de personalidad más característicos de los hijos:
EL PRIMOGÉNITO (MAYOR)
El primer hijo despierta toda la ilusión en los padres. Es el primer acercamiento a este nuevo mundo y por lo mismo el mayor recibe muchos estímulos. Como no tiene hermanos, su modelo a seguir son sus padres. Esto influye en su personalidad y son más tradicionales, responsables, conformistas y ambicioso. Eso sí, con la llegada de los hermanos hay que tener cuidado con los celos y ayudarlos a integrar a este nuevo miembro de la familia. En la edad adulta, son quienes se responsabilizan del cuidado de los padres ancianos y se encargan de mantener la familia unida.
EL SEGUNDO Y LOS DE EN MEDIO
Suelen ser los más independientes, pero a la vez rebeldes e inconformistas. Una forma de llamar la atención es tener habilidades propias, por lo cual son los más creativos y ayudan a los más débiles.
EL PEQUEÑO
Es el más mimado, regaloneado y protegido de la casa. También son los que piden permisos a los padres para armar panoramas nuevos, por ejemplo, decirle «como eres el pequeño, pide permiso para ir al cine». Este cariño en su infancia los vuelve unos adultos cariñosos y empáticos.
EL HIJO ÚNICO
Es muy parecido al rol del primogénito, por lo cual es responsable, tradicional, poco arriesgado y conservador. Sin embargo, como crece en un mundo de adultos, se transforma en un niño precoz, casi como un «mini adulto». Eso sí, hay que tener cuidado de que no sea una persona retraída y poco sociable.