Como te contamos, un nuevo femicidio enlutó el Día de la Mujer el pasado 8 de marzo. La víctima fue Natividad Faúndez de 45 años, quien fue asesinada en Recoleta por su pareja y quien ahora fue encontrado muerto este domingo, en Peñaflor.
“Él era el diablo en persona… yo creo que ni el diablo lo va a recibir”, fueron las palabras de una de las hijas de Faúndez.
En entrevista con «Bienvenidos» de Canal 13, la joven reveló que la ex pareja de su madre, identificado como Luis Torres Montoya (40) amenazaba a Natividad constantemente, incluso la obligaba a disculparse besándole sus pies. Según la joven, en varios episodios violentos, Torres incluso habría intentado cortar los dedos de su madre. “A él no le importaba caer preso”, explicó.
Sobre el cuerpo encontrado cerca del cerro El Trebal en Peñaflor y que correspondería al del femicida, la hija de Natividad se muestra incrédula. “Presiento que él no es. Al menos que yo lo vea… el miedo que tengo es que no sea él”, dijo.
Conforme se supo más del caso, entre los antecedentes que se recolectaron, Natividad ya había denunciado al agresor ante la policía. “Cuando salió de la cárcel, ella fue a fiscalía. Yo recibí un llamado de él porque había interpuesto una denuncia. Él me dijo que la iba a matar igual”, reveló.
“Eso (la denuncia) era confidencial de mi madre y mío, yo no sé por qué a él le dieron esa información, me llamó enojado”, sostuvo, agregando que Torres les dijo: “‘¿Así que me pusieron una demanda? Aténganse a las consecuencias’”.
La joven ahí confesó que durante la semana pasada hubo previamente otro episodio de violencia. “El lunes y martes nos hizo tira los ventanales a puros peñascazos. No había ningún resguardo. Cuando ella llamó estaban en un procedimiento y nunca llegaron. De ahí hasta el viernes nunca llegó Carabineros, que está a cuadras de nosotros”, dijo.
Respecto a la relación de su madre con Luis Torres, la joven comentó que “ella le decía que lo iba a dejar y él le hablaba cosas bonitas. Yo no creo que haya estado enamorado, era obsesión (…) Estando preso mandaba a dejar desayunos a ella. Venía una carta con puros improperios. Ella botaba todo”.