Al parecer, el hablarle como bebés a nuestras amigos perrunos no sería malo, sino que todo lo contrario.
Esto, al menos desde el punto lingüístico. Y es que en un estudio hecho por Alex Benjamin y Katie Slocombe en la Universidad de Nueva York, demostraría que tanto el contenido como la forma en la que uno le habla a su perro, es clave para conseguir su atención.
De hecho, hablarles de manera suave ayuda a que haya una mayor comprensión, además de fomentar el vínculo entre amo y sueño, sobretodo si es un cachorro. El hablarles de esta manera se denomina «Naturalistic Dog Directed Speech» o DDS, que es ese modo peculiar con el que hablamos con las mascotas, similar a la forma de expresarnos cuando hablamos con niños pequeños.
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En esto está de acuerdo el académico de a Universidad Autónoma de Barcelona, Jaume Fatjó, quien aseguro que al final del día, «la relación que tenemos con los primeros es, en cierta medida, una relación paterno-materno-filial».
O sea, la mejor forma para tratar a nuestros amigos de cuatro patas es ser más suaves, lo que es más beneficioso que hacerlo duramente, especialmente en su primer año de vida.