Si hay algo que todos nos pasa en algún momento del año, es tener un resfrío. Y aunque las causas que lo provocan pueden ser muy diversas, pareciera que hay tantos remedios caseros como virus existen.
Se cree que este tipo de remedios, ayudan a reforzar el sistema inmune, que es el encargado de deshacerse de las células invasoras.
Sin embargo, el sistema inmune solo se ve limitado cuando tenemos en nuestro organismo un déficit de vitaminas o de minerales. Es por esto que si llevamos una dieta balanceada y relativamente buena, el consumir alimentos que se consideran efectivos para la gripe, hará poca diferencia, señala Charles Bangham, jefe de la división de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres.
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¿Sirven los suplementos?
Si bien no se han realizado grandes estudios con respecto a comidas caseras contra el resfrío, como la sopa de pollo, sí se han realizado estudios con respecto a los suplementos naturales, como el ajo.
En un estudio pequeño, 146 adultos saludables recibieron o un placebo o un suplemento diario de ajo durante 12 semanas durante el invierno.
El grupo con el placebo contrajo 65 resfriados que resultaron en 366 días de baja por enfermedad, mientras que quienes tomaron el suplemento de ajo solo sufrieron 24 resfriados, que sumaron un total de 111 días de reposo por enfermedad.
Otro suplemento al que generalmente recurrimos, es la vitamina C.
Un análisis de 29 estudios sobre los suplementos de vitamina C no encontró que estos sirvieran para reducir en una medida apreciable el riesgo de sufrir un resfriado o para aliviar sus síntomas.
No obstante, sí halló que se registraba una reducción de la duración de los resfriados de 14% en el caso de los niños y de 8% en los adultos.
Sin embargo, el jugo de naranja puede ser menos útil, ya que no existe una fuerte evidencia de que ayude a prevenir el resfriado, alivie sus síntomas o reduzca su duración, debido a que no contiene dosis suficientemente altas de vitamina C.
Luego está el zinc. Un análisis sobre la efectividad de consumir pastillas de zinc a diario, concluyó que reducen en un tercio el tiempo que pasaban los enfermos con la nariz bloqueada o chorreante, además de reducir en un 22% los estornudos y la tos a la mitad.
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Resultados dispares
Una complicación en este tipo de análisis, es que los científicos muchas veces olvidan averiguar si el paciente que recibe el tratamiento tenía deficiencia de algún suplemento.
Otra dificultad, es el poder que tienen los placebos. Los estudios han demostrado que los placebos son una forma efectiva de aliviar muchos síntomas, aunque las razones aún no son comprendidas completamente.
Sin embargo, este efecto podría explicar por qué tomar jugo de naranja o sopa de pollo nos ayuda a combatir el resfriado.
«Los estudios demuestran que el poder del placebo procede de la relación de confianza entre los pacientes y los profesionales de la salud, alguien que presta una atención dedicada y puede ofrecer tratamientos con confianza, y eso es parecido a lo que hacen los padres cuando somos jóvenes. Es el tipo de relación lo que es importante, más que quién es esa persona», señala Felicity Bishop, profesora asociada de Psicología de la Salud en la Universidad de Southampton.
La buena noticia es que saber que algunos remedios son placebos no necesariamente va a evitar que alivien nuestros síntomas.
«Incluso cuando un médico le dice a un paciente que algo es un placebo pero que su consumo ha ayudado a alguna gente, eso puede hacer sentir mejor a la persona», indica.
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