Por estos días Fernanda Hansen se encuentra pasando la cuarentena junto a su esposo Rodrigo y su hija Amalia. En ese contexto, conversó con Jordi Castell en su programa «El Aperitivo» transmitido por el Instagram de Revista Velvet, donde se sinceró sobre varios aspectos de su vida personal.
En el plano de la maternidad, la locutora de Radio Imagina confesó que no podrá ser madre nuevamente. «No voy a poder ser mamá de nuevo, es una realidad, y agradecida de que el universo me haya dado una y otra que está en el cielo que me acompañó un ratito…la vida es así, está todo el tiempo demostrándonos que uno no tiene el control de absolutamente nada, lo único que vale la pena es vivir lo que te toca vivir y abrazar lo que te toca vivir…me dan ganas que la Amalia tuviera un par para pelarme a mi cuando vieja”, partió contando.
En esa línea, Fernanda contó que el año pasado sufrió la pérdida de un bebé, lo cual la afectó profundamente.
“Yo creo que es lo más difícil que me ha tocado vivir, fue el año pasado, no quise que nadie supiera, es primera vez que lo estoy diciendo…te preguntan tanto si vas a tener otro hijo…me hubiese encantado, pero no puedo, la ciencia no me lo permite…me permitió ser mamá que ya es un milagro, una segunda guagua no se puede”, agregó.
«La Amelita entra en categoría de casi milagro…me descubrieron después de perder tantas guagüitas que hay una cierta cosa con Rodrigo que no, algo pasa. Amelita es una bendición, y eso agradezco después de haber pasado un proceso…me costó, las cosas tienen que tener un proceso de maduración…es un tema súper silenciado en este país, me dan ganas que se visibilice más, el duelo perinatal…si las experiencias de vida propia sirven de algo, que alguien más se puede nutrir…hay muchas mujeres que viven ese proceso perinatal muy en silencio», afirmó Hansen.
Durante la entrevista Fernanda también se refirió al episodio del caballo, ocurrido en 2009, y las enseñanzas que le dejó.
«Me he operado 5 veces, estoy muy contenta como ha reaccionado mi cuerpo, por eso siempre he dicho que a mí me tocan, pero no me botan, me golpean, pero no me botan…yo iba a quedar inválida, tengo muchos angelitos que me cuidan y me siguen cuidando…me quebré la columna para que la vida me enseñara que las estructuras hay que saber soltarlas, hubo una enseñanza muy profunda que me ha servido para la vida», sentenció.