Con la llegada de los días nublados y el regreso de las cuarentenas en muchas comunas del país, la disminución a la exposición solar se hace presente. Con ello también la falta de vitamina D.
Tal como explica la nutricionista de Nueva Clínica Cordillera, Sharon Pérez, si bien el déficit no presenta síntomas, si los niveles bajos se mantienen podemos sufrir consecuencias a largo plazo en nuestro cuerpo.
La falta de vitamina D puede «puede llevarte a sufrir osteoporosis, donde se ha detectado que personas con niveles muy bajos de esta hormona presentan cuadros infecciosos más complicados, lo que adquiere mucha importancia en la actual pandemia», asegura la especialista.
¿Por qué necesitamos la vitamina D?
Esta vitamina cumple diferentes funciones en nuestro cuerpo, y una de las más importantes es que permite la absorción intestinal del calcio, permitiendo que los huesos y músculos se mantengan sanos y fuertes.
«Los nervios la necesitan (la vitamina D) para transmitir mensajes entre el cerebro y cada parte del cuerpo y el sistema inmunitario para combatir los virus y bacterias que lo invaden», comenta la nutricionista de Nueva Clínica Cordillera.
De esta forma ayuda a los adultos a protegerse de la osteoporosis, evitando huesos débiles y frágiles.
Otro problema que causa la falta de vitamina D es problemas en el sistema inmune, aumentando la frecuencia de resfriados, bronquitis, neumonía, fatiga, dolores de espalda, huesos y más.
¿Cómo sé si tengo déficit?
Lo ideal es realizarse un examen que ayude a verificar los niveles de vitamina D en el organismo.
Aún así, la nutricionista Sharon Perez dice que las personas con mayor riesgo de deficiencia son pacientes con enfermedades que provocan mala absorción de nutrientes, aquellos que toman medicamentos como prednisona y otros corticoesteroides y los celíacos.
Otros factores de riesgo comunes para la falta de vitamina D son: tener piel oscura, presentar sobrepeso u obesidad, o quedarse siempre en el interior.
¿Cómo consumir vitamina D?
Si bien esta se puede obtener con una exposición a la luz solar con nuestro cuerpo, en los días de confinamiento o mal tiempo esto se complica.
Por esto muchos expertos prefieren entregar suplementos a sus pacientes para lograr el consumo necesario.
En el caso de los alimentos, existen algunos con mayor vitamina D por naturaleza. Eso si, estos no son suficientes para lograr la recomendación de un mínimo diario de 400 a 800 UI.
¿La solución? Complementar una alimentación saludable de buena fuente de vitamina D. Estos son pescados grasos (salmón, atún y caballa), yema de huevo, champiñones deshidratados o productos fortificados como la leche.