No cabe duda que los sueños para varios se vieron alterados durante el último tiempo, especialmente por la pandemia. Es más, la psicóloga de Harvard, Deirdre Barrett, recopiló más de 6.000 sueños durante este tiempo, llegando a saber cuáles son los sueños que han tenido varias personas en este tiempo.
Y no solo durante la pandemia se han registrado los sueños las personas, sino que se ha hecho desde mucho antes. Esto ha permitido interpretar los miedos más ocultos de cada uno, pero también nos da una idea de lo que somos como sociedad.
Hay varias bases de datos de lo sueños, que distintos expertos y científicos de sueños han analizado. Por ejemplo, Kelly Bulkeley, director de Sleep and Dream Database, tiene en su sitio web ya un apartado de ‘sueños de pandemia’, con más de 30.000 registros.
Dentro de las bases de datos, la más robusta es DreamBank, que ha registrado 40.000 sueños de personas entre 7 y 74 años, de varias pates del mundo (principalmente en Estados Unidos). Quienes recopilaron estos sueños fueron los científicos Adam Schneider y G. William Domhoff, haciéndolo durante décadas.
Igualmente, el científico informático Luca Aiello desarrolló un algoritmo para analizar estos sueños, lo que ha sido un gran avance. El experto dirigió un proyecto de Nokia Bell Labs, donde creo diferentes patrones y conjuntos de sueños, a partir de los datos de DreamBank.
Después de años de análisis, su equipo finalmente publicó los resultados, en la revista científica Royal Society Open Science.
Las conclusiones del estudio
Este estudio elaboró 10 categorías para analizar sueños, donde Aiello destacó tres elementos: los personas, interacciones y emociones.
Además, clasificaron a los tipos de soñadores. «Por ejemplo, colocamos en un grupo especial los sueños de un veterano de guerra con síndrome de estrés postraumático», explicaron a BBC Mundo, sobre un paciente que sus sueños reflejan los problemas y traumas psicológicos que los acompañaron durante estos años.
En el siguiente gráfico se muestra cómo se componen los sueños de este veterano, donde en rojo aparecen las pesadillas. Por ejemplo, las emociones negativas, interacciones agresivas y personajes masculinos son patrones que se repiten en los sueños de esta persona.
¿Hay diferencias entre hombre y mujeres?
Aiello igualmente dijo que: «hicimos una categoría de personas con ceguera y otra para niños, y analizamos las diferencias entre los sueños de los hombres y los de las mujeres».
Y es que no soñamos lo mismo. «En general, los hombres tienen más sueños relacionados con conflictos y agresiones que las mujeres, que en cambio suelen tener sueños más amistosos y sentimentales», expresó asumiendo que si bien pueden parecer resultado estereotipados, lo ciertos es que varios otros expertos han tenido resultados similares.
¿Cuál es la ciencia detrás de nuestro sueños?
Aiello se fundamentó en la teoría del «principio de continuidad de los sueños». La hipótesis es que el contenido de nuestros sueños está relacionado a nuestras emociones y pensamientos, con las percepciones que tenemos durante la vigilia. O sea, son una continuación de lo que sucede en la vida cotidiana.
En su sistema, el experto señaló que tiene en cuenta «algunos metadatos mínimos de los ‘soñadores'», como una breve descripción de su historia persona e información sociodemográfica, género, edad, etc.
No muchos están de acuerdo con los resultados de Aiello, como Kelly Bulkeley, que dice que se necesita más ‘transparencia’ sobre la fuente de cada sueño de la base de datos. Eso haría que los resultados fueran limitados.
Para el psicólogo, es esencial hacer una entrevista previa con cada persona y conocer más sobre sus experiencias vitales y su cultura.
En eso, Aiello admite que «las diferencias culturales son relevantes y, lamentablemente, los datos de DreamBank son limitados».
«La mayoría de los soñadores del estudio son de Estados Unidos —aunque hay algunos de Perú y de Europa— pero se necesitará hacer más estudios para presentar datos generalizados por países o por culturas», expresó.
¿Qué sueña cada país?
El sueño del doctor Bulkeley, por ejemplo, es crear bases de datos muy específicos, al punto de saber qué puede soñar un país.
«Este es un momento maravilloso para ser un investigador de sueños porque estas herramientas pueden ser muy interesantes para los terapeutas y también para los sociólogos», expresó.
Y agregó: «El potencial de esta tecnología es enorme y puede ser útil para explicar lo que nos diferencia como sociedades, pero también lo que nos une porque soñar es algo universal».
Importantes para la salud mental
Aiello recalca que el estudio de los sueños puede servir para «comprender mejor los problemas de salud mental en la vida real, pero también para aplicar intervenciones, que algunos psicólogos ya hacen (mediante sueños lúcidos)».
Estos serían una base de nuestras experiencias vitales. «Compartir algo tan privado como los sueños puede resultar muy útil para entender las cosas que nos preocupan como individuos y como sociedades», explicó.
Y Aiello coincide con Bulkeley. «Si pudiéramos recopilar de manera efectiva los sueños de un país tendríamos una herramienta útil y económica para monitorear la salud mental de su población en un momento dado —durante pandemias, en crisis económicas y en crisis climáticas, por ejemplo— y entender las causas de nuestro sufrimiento y estrés», concluyó.