El INE (Instituto Nacional de Estadísticas) indicó que la edad promedio de las personas al momento de casarse es de 35 años los hombres y las mujeres a los 32, lo que se convierte en un récord en comparación a las edades en las que se contraía matrimonio años anteriores. De ocho parejas casadas por cada mil habitantes en 1980, la cifra se redujo a la mitad solo en 2011.
¿Las razones?
Una de las más importantes tiene que ver con lo económico, ya que antes de cualquier cosa los jóvenes buscan tener un trabajo estable, porque así ya tienen la autonomía suficiente para construir un proyecto de pareja. Además, la juventud hoy ya no solo se disfruta hasta los 25, sino que hasta después de los 33 años. Esto influiría en las decisiones de formalizar una vida en pareja y que prefieran convivir antes de optar por el matrimonio.
Por otro lado Herminia Gonzálvez, directora del Centro de Investigaciones Socioculturales de la Universidad Alberto Hurtado, dijo que “Hay personas solteras que no optan por tener un proyecto de pareja, sino que por un proyecto de familia en solitario”. En esta categoría entran aquellas madres o padres “solteros” por elección a través de la adopción o la reproducción asistida.
Por eso, el hecho de que la soltería se extienda tiene una carga negativa mucho menor que la que es para siempre, ya que esta opción no quita la oportunidad de ser padres.