Un reciente estudio concluyó que el prototipo de hombre con pelo largo ha llegado a su fin, para dar paso a otro modelo de atractivo totalmente opuesto: las cabezas rapadas.
Así lo determinó una investigación desarrollada en la Universidad de Pensilvania (EE..UU), en la que participaron hombres y mujeres, a quienes se les mostraron fotografías de hombres con pelo y sin él.
Los voluntarios tuvieron que puntuar las imágenes y decidir por sus favoritos según su atractivo, presencia y la confianza que les transmitían.
Y los resultados mostraron que los calvos triunfaron por encima de los hombres que lucían pelos largos y cuidados. De hecho, estos fueron evaluados como líderes, fuertes, masculinos e incluso más altos.
Además de poner de manifiesto las actuales preferencias, el estudio también confía en ser de utilidad para quienes se someten a tratamientos contra la calvicie, a menudo sin los resultados esperados.
“En lugar de gastarse millones cada año en intentar revertir, prevenir o solucionar la pérdida de pelo, esta investigación aconseja a las personas que estén perdiendo su cabello que antes de tomar cualquier decisión, se rapen y se vean sin pelo, a ver si se gustan”, afirman los expertos.