Consumen menor cantidad de alimentos, pero ingieren 200 calorías más al día. Así es la dieta de los fumadores versus los no fumadores, según un nuevo estudio de las universidades estadounidenses de Yale y Fairfield que acaba de publicar la revista «BMC public health».
Según este estudio, las personas que nunca han fumado consumen una media de 1,79 calorías por gramo de alimento. En los fumadores diarios, esa media es de 2,02 calorías por gramo y entre quienes fuman ocasionalmente, la cantidad de calorías ingeridas por gramo es de 1,89. Aunque no tanto como los que nunca han fumado, los ex fumadores bajan el ratio de calorías consumidas por gramo a 1,84.
En definitiva, los resultados muestran una relación directa entre la cantidad de tabaco y la densidad energética de la dieta, poniendo en la mira la afirmación de que dejar de fumar está relacionado a un aumento de peso.
“Los fumadores tenían dietas con una gran densidad de energía, lo que significa que consumían cantidades más pequeñas de alimentos que contenían una mayor cantidad de calorías. Los no fumadores, en cambio, consumían más alimentos, pero menos calorías”, señaló Jacqueline Vernarelli, de la Universidad de Fairfield.
En otras palabras, la investigación indica que, después de fumar, el hambre apunta directamente a alimentos hipercalóricos o «comida chatarra», ya que además se demostró la carencia de frutas y verduras en la dieta de los fumadores.
El estudio utilizó los datos de 5.293 adultos participantes en un programa de evaluación del estado de salud y nutrición de Estados Unidos. Los datos se basaron el recuerdo de los propios participantes sobre lo que habían comido en las últimas 24 horas y los resultados se calcularon tras ajustar por edad, sexo, raza, nivel educativo, nivel socioeconómico, actividad física e índice de masa corporal.
«La preocupación sobre el aumento de peso supone una barrera para dejar de fumar y sabemos que las dietas altas en densidad energética están asociadas con un mayor peso corporal. Nuestros resultados sugieren que se aborde la densidad energética en las dietas de los fumadores como un buen objetivo para las intervenciones como parte de un plan más amplio para dejar de fumar”.