Las aplicaciones (apps) de búsqueda de pareja son usadas mayoritariamente por personas que quieren relaciones estables.
Así lo concluyó un estudio de la Universidad de Ginebra y que se publicó en la revista científica Plos One.
Contrario a lo que se piensa, los usuarios de populares aplicaciones, como Tinder, Badoo o Grindr, ‘tienen más intención de convivir con sus parejas que aquellos que se conocen en un entorno no digital’.
En el caso de las mujeres, además, existe un mayor deseo de tener hijos en usuarias de estas aplicaciones, que en la media general.
Parejas variadas
El estudio fue aplicado a más de 3.200 personas que conocieron a sus parejas en la última década.
Y entre otras conclusiones, derribó el mito de que las relaciones que nacen de este tipo de aplicaciones son poco duraderas o superficiales.
De hecho, el nivel de satisfacción de las parejas que se conocen de esta manera, es el mismo que con otros métodos.
‘Gran parte de los medios señala que (las apps) tienen un impacto negativo en la calidad de las relaciones, porque hacen que la gente sea incapaz de invertir en una sola pareja y a largo plazo’.
‘Pero por ahora no hay evidencias que lo demuestren’, apuntó la socióloga Gina Potarca, quien encabezó el estudio.
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Además, el estudio admite que las aplicaciones han cambiado la composición de las parejas, haciéndolas más variadas.
En ese sentido, la investigación concluye que estas plataformas contribuyen a unir a más parejas con contextos educativos, sociales y económicos diferentes.
Y en muchas de ellas, con la mujer con mayor nivel educativo que el hombre.
El estudio añade que, pese a la popularidad de estas apps para teléfonos móviles, los mayores de 40 años y las personas divorciadas siguen prefiriendo el uso de páginas web de búsqueda de pareja, que en el mundo digital precedieron a las apps de citas.
Las aplicaciones vía móvil adoptaron métodos de las páginas web, pero sustituyeron largos cuestionarios por la mucho más inmediata práctica de rechazar o aceptar fotos, ‘extendiendo las citas a través de internet a capas mucho más jóvenes de la población’, concluyó la autora de investigación.