Un estudio realizado con 100 mil mujeres de entre 50 y 79 años en una clínica de Minnesota, Estados Unidos, vinculó por primera vez la calidad del sueño con la satisfacción sexual.
Según las conclusiones de esta investigación, publicadas en la revista «Menopause», las participantes de la muestra que dormían bajo las 7 u 8 horas diarias, se mostraban menos complacidas en sus experiencias sexuales, aun cuando fuesen más activas en esta área que otras participantes.
El estudio tomó en cuenta el número de horas destinadas a dormir por la noche y la calidad de ese sueño. Se estableció una relación entre las mujeres que duermen al menos ocho horas y una mayor satisfacción en el sexo.
Al respecto, los investigadores argumentaron que antes y después de la menopausia las mujeres suelen comenzar a sufrir problemas de sueño, al igual que en las funciones sexuales.
Por lo tanto, cuando se duerme menos horas de las recomendadas, el cansancio y la fatiga se acusan al día siguiente y estos factores de agotamiento pueden incidir directamente en el placer durante el acto sexual.
Asimismo, el insomnio o la falta de sueño provocan dificultades de concentración, lo que también es un factor clave en la vida sexual de las mujeres adultas.