Según un nuevo estudio, realizado por universidades japonesas y publicado en la revista «Science», el amor resulta químicamente medible entre un perro y su dueño cuando se miran a los ojos.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores observaron a 30 personas interactuar con sus perros durante media hora, y luego midieron los niveles de oxitocina (hormona de la felicidad) en humanos y perros.
Y los resultados arrojaron que los dueños, cuyos perros los miraban por más tiempo, presentaban niveles más altos de oxitocina.
Además, los niveles de oxitocina de los dueños y los perros estaban correlacionados. Es decir, si un propietario tenía niveles altos después de la interacción, el perro probablemente también los tenía.