La autoestima se trata del aprecio que una persona tiene de sí misma; algo fundamental para permanecer motivado, experimentar una sensación de bienestar y relacionarse de forma saludable con los demás.
Sin embargo, la autoestima sufre numerosos cambios a lo largo de la vida y, estadísticamente, presenta etapas y picos más elevados que otros.
Según un estudio de la Universidad de Barna, Alemania, el punto máximo de autoestima lo experimentamos a los 60 años, manteniéndose de forma prolongada durante esa década.
Por su parte, los niveles promedio de este valor crecen desde los 4 a los 11 años, se mantienen estables desde los 11 a los 15, se incrementan de forma potente hasta los 30, siguen creciendo hasta el pico álgido de los 70 y desde ahí disminuyen ligeramente hasta los 90, cayendo de forma más pronunciada a partir de esa edad.
El mayor grado de aceptación, autoconocimiento, perspectiva y sabiduría ganados con el transcurso de la edad y el avance del tiempo estarían detrás de estos resultados.