En una época donde todo funciona y se mueve rápido, es posible darnos cuenta que poco a poco pasamos menor cantidad de tiempo acompañados de nuestros seres queridos. Los largos trayectos del trabajo a la casa, las extensas jornadas de trabajo, el cansancio, la tecnología, entra tantas otras cosas, nos hacen perder momentos importantes y valiosos, entre ellos por ejemplo, comer en compañía.
Un estudio realizado por la socióloga Claudia Giacoman de la Universidad Católica, así lo quiso demostrar en su proyecto titulado Fondecyt, donde se planteó las siguientes interrogativas: ¿Cómo comemos juntos?, ¿Cómo y con quiénes comen los chilenos? y ¿Qué muestra eso de la sociedad chilena?
Así entonces, 1.300 personas fueron encuestadas para responder estas preguntas y entre las respuestas, destacaron que el único espacio para encontrarse con la familia es durante la comida, sin embargo, cuando esto no ocurre la opción mayoritaria es comer en solitario.
Fondecyt concluyó que existen tres instancias que impiden comer acompañados:
1- Tensiones
Uno de los principales problemas que surgen aquí, es la dificultad de compatibilizar los horarios entre los miembros de la familia, ya que muy pocas veces logran coordinarse. «Comer juntos requiere la sincronización y convergencia de padres e hijos en el espacio doméstico, lo que es especialmente difícil frente a las exigencias laborales y académicas, así como por la larga duración de los viajes entre el trabajo y el domicilio», señaló la socióloga.
Otro punto que aquí destaca es la tecnología, porque la televisión y el uso de celulares, hace que la comunicación familiar sea menos fluída.
Por otro lado, las jornadas de trabajo que suelen ser muy largas, es una de las principales razones por las que las personas comen solas: «La mayoría come frente al televisor como una manera de compensar la ausencia de otros. Esto lleva a no darse cuenta de lo que se come y se transforma en un mero propósito de ingerir comida. Se pierde el elemento social de la alimentación, que nos reúne con otros», señaló Mirta Crovetto, nutricionista y decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Playa Ancha.
2- Comer en solitario
De todas las comidas que tenemos al día, la que se vuelve más solitaria es la hora del desayuno, ya que cuando el tiempo no alcanza durante las mañanas, muchos llegan a hacerlo al lugar de trabajo. De hecho, la Encuesta Nacional de Salud indica que «el 16% de los chilenos no toma desayuno o lo hace sólo de manera ocasional».
Ésto para la nutricionista es preocupante, porque es esta instancia la que permite tener un encuentro importante al inicio del día, ya que, «son un acto de socialización, para hablar de lo que nos pasa, y eso altera el sentido social de la alimentación y afecta la salud».
3- Comer en el trabajo
«Comer solo o en el puesto de trabajo es juzgado como algo negativo. Algunos participantes utilizan palabras como denigrante y triste» señaló Giacoman.
Esta situación surge producto de la demanda laboral, que lleva a que muchos opten por comer en solitario, aunque tengan un tiempo legal para ese espacio durante el día.