No hay duda que más allá de cualquier recomendación científica o médica, son las historias personales las que ayudan a tomar conciencia sobre hábitos perjudiciales para la salud.
Es el caso del último artículo publicado por el periodista Michael Freidson, quien narró en la edición estadounidense de la revista Men’s Health cómo libró una particular batalla contra las bebidas azucaradas, a las que se declaraba casi adicto.
Freidson, que hasta ese momento bebía mínimo dos litros de bebida cola diet al día, reveló que fue el titular de un estudio de la Universidad de California publicado en 2014 por la revista American Journal of Public Health lo que llamó su atención: el título decía «La soda puede hacerte envejecer tanto como el tabaquismo», consigna La Vanguardia.
El periodista reconoció que nunca antes había reflexionado sobre el impacto que las bebidas azucaradas podían tener en su cuerpo, a pesar que pesaba nueve kilos más que en la actualidad y que tenía la presión arterial muy alta. «Me sentía desenfocado, lento, hinchado y deprimido», escribió en el artículo.
Ahí empezó su lucha por evitarlos y, según contó, los efectos se notaron al instante: «Cambié al té verde e inmediatamente comencé a pensar con más claridad y a tener más energía», continuó.
«Un mes después noté que podía ‘hacer más trampas’ con la comida y aún así perder peso. Me di cuenta de que mis abdominales estaban más definidos. Ahora, cuando la gente me dice que me veo bien para mi edad (tengo 41 años), no solo agradezco mis genes, sino que también agradezco haber renunciado a los refrescos», agregó.
Al final de su artículo, Freidson ofreció un plan de cinco pasos que desarrolló junto a expertos del National Institute of Health de Estados Unidos, la Universidad de Emory y la Universidad de Tufts.
Reemplaza los refrescos por otra bebida
«Para la efervescencia y la dulzura, compra un agua mineral con sabor a fruta, para la cafeína, prueba el té verde, que está lleno de antioxidantes».
Crea un hábito
«Bebe la nueva bebida a la misma hora que tomarías tu refresco».
Recompénsate
«Toma por ejemplo una taza de café y pon una cucharadita de azúcar dentro. Si quieres tomarte un refresco, tómalo de vez en cuando. Lo peor es el sentimiento de culpabilidad, pero mantente controlado. Tu cerebro lo resolverá».
Resiste a los engaños del marketing
«No te dejes engañar. Cuanto antes veas esas latas brillantes como una táctica de marketing desesperada, será más fácil combatir tus antojos».
Toma un sorbo, evita un resbalón
«Después de seis meses evitándolos, prueba un refresco. Será más dulce o más metálico de lo que recuerdas».