La migraña es una de las enfermedades más frecuentes en Chile, según la Encuesta Nacional de Salud 2016 – 2017.
Según se explica, esta es una enfermedad neurológica benigna, que posee algún origen genético y un tratamiento particular diferente de otros dolores de cabeza como las cefaleas tensionales y las producidas por bruxismo o sinusitis, entre otros.
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A nivel mundial, esta enfermedad afecta alrededor del 10% de la población, y se caracteriza por cefaleas recurrentes que pueden ser debilitantes. De hecho, puede producir episodios de gran intensidad con síntomas asociados como náuseas, vómitos y/o mareos con sono y/o fotofobia, capaces de invalidar a una persona para que pueda realizar sus actividades de manera normal. Entre todas las patologías, ocupa el sexto lugar de años vividos con invalidez y es tres veces más común en las mujeres que en los hombres.
Según su frecuencia, la migraña se divide en dos categorías:
- Migraña episódica: Cefaleas que ocurren menos de 15 días al mes.
- Migraña crónica: Cefaleas que ocurren más de 15 días al mes, durante 3 meses, en las cuales al menos ocho tengan características de migraña.
Un estudio de la OMS realizado en 195 países entre 1990 y 2016, señaló que las crisis de migraña son la segunda causa de incapacidad para trabajar o realizar actividades cotidianas de manera normal. Éstas se inician usualmente a comienzos de la edad adulta y la mayoría de los afectados tienen entre 25 y 55 años.
Las migrañas tienen diferentes gatillantes que producen ciertos cambios a nivel cerebral, por ejemplo, los aromas fuertes de comidas o perfumes. Por eso, es ideal que cada persona reconozca cuales son los estímulos que inician su dolor de cabeza, para así tomar el analgésico correspondiente dentro de los primeros 15 minutos.
El Dr. Peter Goadsby, director del Headache Center de la Universidad de California, San Francisco, señala que otro tipo de desencadenantes son los que están esencialmente relacionados con cambios en los hábitos de sueño, de comida, de estrés, entre otros.
Los expertos señalan que frente a cualquier síntoma que parezca fuera de lo normal, se consulte a un especialista, para así poder encontrar la solución adecuada a tiempo.
Otras estrategias para complementar el tratamiento, son:
- Ajustar factores del estilo de vida para evitar desencadenantes específicos de la migraña
- Intervenciones conductuales: técnicas de relajación, gestión del estrés, tratamiento conductual cognitivo
- Hábitos de comidas regulares y una dieta equilibrada
- Evitar alimentos desencadenantes, como el chocolate, el queso añejado y el glutamato monosódico
- Restringir el consumo de alcohol y dejar de fumar (recomendado)
- Mantener un patrón de sueño regular
- Evitar situaciones estresantes.