De acuerdo a un estudio realizado en el Laboratorio de Redes Sociales de la Universidad de Stanford (EE.UU.), desarrollado por los investigadores Jeffrey Hancock y David Markowitz, solamente un 7% de los mensajes enviados en estas aplicaciones son conscientemente engañosos.
Y esos engaños por lo general pertenecen a una de tres categorías, con las mentiras sobre la “autopresentación”, es decir, aquellas que impactan sobre la imagen de uno mismo que se quiere transmitir.
Para su estudio, Markowitz y Hancock reclutaron a más de 200 personas a través de Amazon Mechanical Turk, un sitio de recopilación de datos en línea. En él, ingresaron cerca de 3.000 mensajes que enviaron a las personas con las que estaban hablando (y que hasta el momento no se habían visto físicamente), a través de las aplicaciones de citas, en su gran mayoría generadas desde Tinder.
Sobre este este estudio pudieron determinar 3 tipos de mentiras:
La primera de ellas apunta a “acuerdos o desacuerdos breves (por ejemplo, ‘sí’, ‘suena bien’, ‘no’), que fueron marcados como engañosos”, dice el informe.
La segunda es en “relación a la autopresentación”. De hecho, un 40% de las mentiras identificadas eran para parecer más atractivos, por ejemplo, mentir sobre la frecuencia con la que fueron al gimnasio.
Y el tercer tipo de mentira consiste en usar el engaño como una forma amable de ocultar interacciones sociales no deseadas. O sea, decir una persona que no tenía señal o batería solo por el hecho de no tener ganas de contestar.
A esto se le agregan mentiras muy frecuentes como la edad o las fotos que presentan en estas aplicaciones.