Sin duda que hay varios que cuando tienen una discusión acalorada, la terminan entre las sábanas.
Y es que varios estudios han comprobado que las discusiones bien apasionadas logran encender el deseo sexual tanto de hombres como mujeres.
Además, el sexo de reconciliación ayuda a reparar en cierta manera la herida o daño que se sintió cuando se provocó la discusión o enojo, que provoca una sensación de distanciamiento de tu pareja. Este efecto reparador eso sí, solo es posible si realmente resolvieron el conflicto, no por ponerlo en pausa.
De acuerdo a una investigación de la Universidad de Bar Ilán en Israel, las personas tienen más ganas de tener sexo con su pareja si se sienten emocionalmente atacadas, como por ejemplo, al pensar que tu pareja podría estar enamorándose de otra persona.
Según la terapeuta familiar y matrimonial Marissa Nelson, «en terapia, muchas parejas cuentan que han caído en un ciclo de “discusión y luego sexo”. Para Nelson, si se compara con distanciarte físicamente aún más del otro, este ciclo sería un poco mejor.
“Para muchas personas, los conflictos son algo que hay que evitar, y este es un modo de reconectar sin necesidad de pedir disculpas o hablar. Es más, la liberación de oxitocina, ‘la hormona del amor’, durante el sexo une más a las parejas. Notan una sensación de bienestar que suaviza las emociones que hayan podido surgir durante la discusión”, explicó.
De hecho, el sexo de reconciliación a veces puede ser más apasionado o atrevido, lo que ayuda a renovar la vida sexual de las parejas.
En eso, Nelson añadió que: “Siempre les digo a mis clientes que el sexo es un lugar en el que pueden refugiarse y un papel que pueden adoptar, de modo que si después de la discusión les parece seguro explorar un sexo más travieso o enérgico, puede ser muy satisfactorio”.
Por otro lado, la psicóloga y terapeuta sexual, Megan Fleming, asegura que este aumento del deseo sexual después de una discusión se relaciona al intento de supervivencia.
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“Nuestro sistema de apego se activa durante las discusiones. Cuando no estamos de acuerdo (con nuestra pareja), el vínculo se resiente y nuestro instinto de luchar o huir se activa. Discutir es psicológicamente estimulante, así como lo es el miedo y la emoción, de modo que el organismo se prepara: aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio y la tensión arterial”, detalló Fleming.
Es por eso que el sexo de reconciliación se siente mucho mejor, porque se viene de un lugar de excitación elevado por la discusión.
Otro terapeuta, Douglas Brooks, incluso se aventura a decir que el sexo que nace de estados emocionales alterados quizás ayude a tener mejores orgasmos. Esto se debería a que estos orgasmos no se relacionan con la penetración, sino que más bien con el estado emocional. «A menudo, durante una discusión, sobre todo si es una discusión acalorada, nuestros cuerpos también se excitan”, añadió.
Eso si, Brooks advierte que este tipo de sexo no siempre merece la pena, sobretodo si es que se usa como una forma de no resolver el conflicto original, o si hay un tipo de abuso físico o emocional implicada.
“Cuando sentimos emociones intensas, no pensamos con claridad. Nuestras emociones nublan nuestro funcionamiento ejecutivo o pensamiento racional debido a la gran activación de las amígdalas. Creo que es importante escoger el momento adecuado, pero lo más importante es resolver el conflicto o, al menos, estar de acuerdo en no estar de acuerdo”, concluyó.