Aunque la mayoría de las mujeres llega al clímax a través de la estimulación del clítoris, las hay quienes lo hacen con la penetración, otras gracias al punto G, otras gracias al fórnix anterior, etcétera.
El asunto es que, si bien existe una infinidad de vías por las cuales llegar al clímax, los expertos coinciden en que la clave es una sola.
Según explica la terapeuta sexual Cyndi Darnell en «Femail», «el orgasmo femenino ocurre primero y principalmente en el cerebro», independientemente de la estimulación física que ella esté recibiendo.
«Si no estás prestando atención al contexto en el que está teniendo lugar el acto, es poco probable que llegues al orgasmo», apunta Darnell.
Al respecto, una investigación dirigida por el sexólogo Pascal de Sutter, de la Universidad de Louvain en Bélgica y publicado en «Sexologies», determinó que aquellas mujeres que se definían como “orgásmicas” (es decir, que llegan con una alta asiduidad) eran las que solían tener más pensamientos eróticos durante el acto. Por el contrario, las que manifestaban una menor satisfacción eran las que se distraían en la cama.
La investigación añade que aquellas que no son capaces de llegar al orgasmo, es porque se están proyectando hacia algo ocurrido en el pasado o algo que les atormenta del futuro. Y en muchos casos, esta imposibilidad de abstraerse de todo y centrarse en el sexo está motivada por la inseguridad ante la propia imagen o el peso.