No hay duda de que todo lo que hace la realeza británica da qué hablar. Lo último que les ha llamado la atención es por qué el Príncipe William está en cuclillas en la gran mayoría de las fotos en las que aparece hablando con su hijo, el príncipe George. ¿Te has fijado?
Esta posición no es sólo para estar a la altura del menor, sino que es un estilo de crianza. El príncipe William practica el método de crianza denominado «Escucha activa», una forma respetuosa de tratar a los niños que busca que se sientan realmente escuchados.
La pedagoga española, Leticia Garcés Larrea, lo define como «una forma de comunicación entre los miembros de la familia que va a permitir desarrollar la empatía, a la vez que proteger los vínculos afectivos». Según los expertos, la prueba más evidente de que estamos escuchando a los niños es el contacto visual. Para ello, es necesario colocarse a la altura de sus ojos para se sientan más cercanos a sus padres, además de ayudarle a empatizar con ellos y transmitirle calma y serenidad. Sin embargo, no hay que confundir esta técnica con un modelo sin límites que convierta al niño en un»malcriado».
Pero, ¿es compatible la «Escucha activa» con la disciplina? Larrea señala que «para una familia muy permisiva, es más complicado practicar la escucha activa. Los límites son necesarios, la cuestión es cómo los ponemos: están para ayudarnos, no para que resulten una imposición».
En el sitio Guía infantil detallaron cuáles son las 7 ventajas de utilizar el método de crianza de «Escucha activa»:
- Fortaleces el vínculo con tu hijo.
- Sirve para comprender las pataletas infantiles.
- Te otorga autoridad y respeto sin infundir miedo.
- Los niños atienden mejor y sienten más confianza.
- Refuerza la autoestima del niño.
- Desarrolla la empatía desde pequeño.
- Los padres aprenden a entender qué sienten sus hijos y a modificar una conducta inapropiada.