«¡Ay, si dan ganas de comérselo!». Cuántas veces hemos escuchado que las mujeres dicen frases de este estilo refiriéndose a sus guaguas. Y este tipo de expresiones repletas de amor ahora tienen una explicación científica.
Según detalla el diario británico Daily Mail, de acuerdo a investigadores de la Universidad de Montreal, el olor de los recién nacidos genera una respuesta fisiológica en las madres, similar a lo que pasa cuando una persona tiene hambre y se enfrenta a alguna comida tentadora. Por lo mismo también dan ganas de apretar o abrazar a los pequeños. Pero no se asusten, no es que se volverán caníbales ni nada por el estilo, solo tiene que ver con el instinto de estar muy, pero muy cerca de los retoños.