Pedir perdón significa que nos hacemos cargo de que lo que no hicimos bien y que estamos dispuestos a asumir las consecuencias y reparar el mal. Pero, ¿cómo ocurre esto en los pequeños?
En el caso de los niños es diferente, porque son tan auténticos, que es difícil obligarles a decir o hacer algo que no sientan de verdad. Hay que enseñarles a reconocer el error y ayudarlos a pedir perdón cuando corresponde el caso.
Algunos consejos para que comprenda la importancia de asumir sus equivocaciones son:
- Haz que se ponga en el lugar del otro. Como mamá/papá debes explicarle claramente la falta cometida y el malestar que eso le causa a la otra persona.
- Puedes sugerirle distintas formas de perdón que vayan más allá de pedir disculpas en palabras. Por ejemplo, «¿por qué no te acercas a tu amiga y le regalas una flor?». Así le entregas más herramientas para resolver la situación.
- Debes predicar con el ejemplo. Es vital que los niños, desde los más pequeños a los más grandes, te vean como un ejemplo a seguir.
- Felicítalo cuando pida perdón. Debes reforzar sus actitudes positivas, así lo alientas a continuar haciéndolo.
Y tú, ¿qué técnicas utilizas? Recuerda que no hay niño «malo», sino sólo malas acciones.