Se va terminando el año pero siempre es necesario tener una actitud positiva para recibir el año que se avecina.
Si quieres enseñarle a tus hijos a ser más optimistas, un sencillo experimento puede cambiar la forma en que ven la vida. Toma un frasco transparente, y cada día, pídele que te cuente algo bueno que le pasó.
Lo escribes, y ese papel, lo guardas en el frasco. Después juntos van viendo cómo se llena el envase de buenos momentos, lo que lo hará sentirse satisfecho con su vida y mejorará la forma en que ve el mundo.
¡Son pequeños detalles, que hacen la diferencia!
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Una ayudita para mantener tranquilo a tu hijo… ¡El frasco de la calma!